Esta válvula de sobrellenado está diseñada para evitar el paso del combustible cuando se encuentra a unos 200 mm de la capacidad del tanque. Como resultado, evita el rebosado de líquidos, lo que derivaría en derrames, significando pérdidas de dinero, al igual que perjuicios para el medio ambiente.
Es un pequeño dispositivo que se cierra de modo automático cuando el tanque está a un 92% de su capacidad, adaptándose a depósitos enterrados y aéreos, siempre y cuando no superen los 3000 litros de capacidad. Dispone de una válvula de by-pass que hace todo el trabajo por sí misma.
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